PADOVA DANCE PROJECT

THE WAITING

Recientemente, nos hemos visto obligados a experimentar, individualmente o en pequeñas comunidades, el concepto de esperar, hacer una pausa, parar.

Nuestra acelerada però tambien querida forma de vivir se vio abruptamente interrumpida por algo que no ocurría desde hacía más de 100 años, impensable en 2020. Nuestras certezas, planes y esperanzas se han detenido, necesaria y, aparentemente, de manera inevitable. .

Espera, término tan ligado a la Naturaleza, al Amor, a la naturaleza cíclica de la vida y la muerte.

En consecuencia, comencé a reflexionar sobre dos figuras: Ulises, que se va, y Penélope, que se queda.

Ulises, que se marcha, mientras Penélope lo ve alejarse.

Penélope: encarnación del valor de la espera, la paciencia, la lealtad; por una persona, por amor, por esperanza. Penélope ha aprendido a esperar. Aprendió a esperar, dándole forma a su sueño, con esa perseverancia de quien sigue esperando, a pesar de los acontecimientos, a pesar de los días y las noches que la alejan de quien sigue presente a pesar de estar ausente.

Penélope no eligió permanecer pasiva, víctima de una historia que ella no había elegido. Y esto es sobre lo que quiero reflexionar: ¿qué representa la espera? ¿Es dulce, amargo, activo, pasivo? Forma, en cualquier caso, parte de nuestros días, aunque el tiempo siga fluyendo, inesorabilmente.

Direccion artistica:

Gabriella Furlan Malvezzi.
Bailarines:

Lucrezia Molinari y Beatrice Vettor
Coreografia:

Federica Esposito.
Gracias a Marta Papaccio, Milano Contemporary Ballet y Accademia di Danza e Spettacolo Ivrea.